El artículo analiza y problematiza la publicidad de Sprite lanzada en el marco de la Marcha del Orgullo Gay. “Esta publicidad forma parte de una Industria Cultural a escala planetaria que moldea sensibilidades, experiencias e imaginarios posibles y deseables. De allí la necesidad de recuperar la sospecha frente a lo que se dice y lo que se calla. Es decir, ¿qué es lo que no se nombra? ¿Qué rostros no se representan? ¿Qué corporalidades están presentes sólo en términos de ausencias? Por Pascual Scarpino. Página 12. 2019.